Y de pronto estamos tan extraños,
distantes y silentes,
lejanos como el sol al medio día,
extraviados como la luna en la espesura, y más hoy...
Hoy que el frío arrecia en mi montaña,
y no deja entrar
las tibias caricias de la primavera,
hoy no hay voz ni luz,
que hostigue ni alegre.