sábado, 2 de marzo de 2013

DESVARÍOS

(BennyOnisso_20130302)

Estático el silencio, todo enlutado alrededor de las farolas,
viene a traerme los días de ayer a la memoria,
trémulo y concupiscente siento batir mis labios como
banderola en la frontera del abismo;
taciturno casi, me dirijo a mi rincón
de recuerdos anhelados, y tú estás en ellos.
Y aunque el tiro de pistola fue muy duro,
mis vástagos atentos disciernen,
cuando el amor ya está maduro,
y saben si en realidad importe un beso del pasado, aún siendo tuyo.

Enciendo a medio paso tus latidos,
que vienen a remover el polvo y mis desvaríos,
y aparece la añosa circunstancia
que en mi pelo se dibuja y vago,
rotundo y perezoso por esos andares,
te veo pasar mil veces por mi retina delirante.
Te acercas y me inundas otra vez de ese terciopelo,
que dejabas en mi secreto nido de placer cautivo,
y claro, me invade esa nostalgia torpe y ansiosa
que dejan los años de abandono;
del tiempo y de tus cariños sedosos que me hacen falta.

En mi caminar habitual, hago un laborioso plan de reconquista,
pienso llegar paseando casualmente por tu calle,
esa de amapolas y jazmines olorosos, que refugiaban tus cabellos,
rizados y brillantes que enloquecían mis manos entregadas.
Pretendo entonces abordarte y recordarte el abandono
en el que padecí por tu ausencia, de bestia viajera
que aparece con la luna en la selva del olvido,
y que se marcha otro vez por los prados del estío, y ahí quedo pensando:
dónde andarás ahora, en que luna te recuestas; y si acaso sea un sacrilegio esta osadía,
o acaso sea un espasmo del hondo pesar y deseo de tenerte de regreso.

Luego de avanzar por los días dulces a tu lado,
aparece la inevitable y ácida tortura de mi presente solitario,
de hombre silente y  vetusto, de animal fiel y peregrino,
que te espera apostado en los lirios que dejaste en el jardín plantados.
Me sostengo en el dintel de los momentos aquellos,
cuando la viril y sutil argucia nos envolvía de locura y peligro,
cuando la pericia de mis versos acababa por doblegar tus caderas,
tus manos blancas y largas como la madrugada contigo,
tus pómulos erguidos como mensajeros de sonrisas encandiladas,
en los claros de luz de mis ojos perdidos en los tuyos.

Yertos mis anhelos de atraparte en mi abrazo,
miro hacia el tabernáculo de los deseos y
está tu mirar de niña y mis ideas de loco amante,
de presos y esclavos de un amor fulminante,
que salvaje y eterno parecía, y que plasmé en tus entrañas
todo el sabor de la pasión que cabía...
Dejamos colmados los paisajes de nuestra avaricia,
el río era un mar de ganas de amarse y borrar la desdicha,
y esas rocas mudas y feroces,
testigos como la  primavera y las hojas caídas.

Ahora que recuerdo, me prometiste el cielo,
y estar conmigo hasta el final de tus días,
pero tu vida está plasmada en las estrellas, y la mía se ha detenido en una infernal desventura,
en una copiosa lluvia de lágrimas amargas
y falsas sonrisas en demasía...
Y como una terapia de exiliado es recordarte,
cuando suelo preguntarme si tus cálidas pupilas,
habrán pagado la penitencia por tu cruel partida,
y si volverían a los bucólicos lazos,
de este necio corazón que a cada paso,
añora otra vez tus caricias y te ama a estos años con locura.



TODOS VINIERON A VERTE VIEJITA

                        (Bennyonisso _ 20220405) Todos vinieron a despedirte amada abuelita, te trajeron flores, cánticos y rezos, silencios...